Nuestra Herencia
Cuando se menciona el término herencia, a la mente de todos acude de inmediato un bien material o una suma de dinero que recibimos, como caída del cielo, de un familiar fallecido, o de un amigo, y que en un acto de última voluntad testó estos bienes a favor nuestro. En el transcurso de nuestra existencia recibimos otras herencias que en nada se relacionan a bienes materiales o económicos. Nuestras vidas están totalmente influenciadas por legados que, en el comienzo de la misma, recibimos de la familia donde nacimos y cuyas costumbres e idiosincracia influyen considerablemente en nuestro ser.
Posteriormente, a medida que crecemos y nos desarrollamos como personas, otras influencias se presentan en nuestras vidas que, favorables o desfavorables, intervienen en la formación de nuestro carácter, personalidad y sentimientos y como un sello inconfundible nos marca de por vida. Estas influencias pueden ser también heredadas o transmitidas de amistades con quienes mantenemos íntimas relaciones en los años juveniles; la escuela, la religión que adoptamos y la lectura y asimilación de libros y otros materiales que nos forman ideológicamente y nos marcan el camino a seguir.
La logia, centro de unidad de hombres seleccionados y mancomunados en la búsqueda y práctica de un determinado fin, es también lugar receptor de hermosas herencias espirituales que recibe en sus primeros pasos de los hombres que la fundaron y la conducen, casi en pañales, en busca de las metas soñadas. Las cualidades y virtudes de sus fundadores es quien ayuda a formar la logia en sus comienzos y dotarla de una personalidad que la distinguirá durante toda su existencia. Esta primera simiente beneficiosa recibida de sus pioneros, la logia la conservará como un valioso tesoro y lo compartirá con las generaciones futuras, quienes, como celosos guardianes de tan edificante y gloriosa herencia, cuidarán de ella y servirá como un faro que le guíe el camino.
Los masones que se reunieron en la noche del día 29 del mes de Febrero del año 1924 para reorganizar la Logia “Montecristi”, en lo que sería su tercera y última etapa, eran hermanos pertenecientes a la primera etapa del año 1906 y a la segunda del año 1912. En estos hermanos se encontraban presentes las amarguras sufridas por los reveses recibidos en sus deseos de mantener en posición vertical las columnas de su logia. Pero los animaba en sus empeños la fe y el ansia de triunfar, demostrados por su tesón y voluntad. Ellos conocieron de los errores cometidos en el pasado y estaban dotados de todas las virtudes humanas para coronarse con el éxito y que la logia recién creada recibiera como herencia de sus padres fundadores una extraordinaria y maravillosa grandeza espiritual y fraternal, que le ha servido en su proyección y la ha distinguido hasta el día de hoy.
Leer y buscar en aquellos primeros libros de actas es encontrarnos y darnos cita con la honradez más austera, el desinterés absoluto, el espíritu de sacrificio, el sentido de humanidad y cooperación, la hermandad más plena y todos los atributos espirituales y de comportamiento que deben estar presentes en el alma de todo masón y también un poquito de orgullo, muy particular, necesario y a la vez activo en los hombres de conducta emprendedora.
Dentro de aquel amplio bagaje de conducta, abnegación y sacrificio con el que los fundadores dotaron a “Montecristi” en sus inicios, estaba muy arraigado el orgullo en darle solución, sin el auxilio de otros, a las necesidades requeridas por la logia y vencer los obstáculos que se le presentaran. Con el devenir de los años las distintas generaciones de masones que se formaron en “Montecristi”, han recibido esta rica y constructiva herencia. Cada generación en su época ha respondido a los divinos legados recibidos de sus antecesores y han salvado los escollos surgidos en el camino de la marcha fraternal e institucional de su Madre Logia.
En “Montecristi” nunca han dejado de soplar aires acompañantes de optimismo y de todas aquellas virtudes existentes en los hombres que dan vida y engrandecen las obras con las que se identifican y dedican sus esfuerzos. Actualmente la Resp. y Meritoria Logia “Montecristi” robustecida en su trabajo por el inmenso caudal de riquezas espirituales y de ejemplos dignificantes heredados en su centenario de fundación, se proyecta tesonera y majestuosamente en su trabajo y marcha masónica, cosechando conquistas que le enaltecen su nombre.
Consideramos que para concluir el detallado libro que con tanto amor y ahinco publica el VH:. Osvaldo Gotera sobre la historia de la Logia “Montecristi”, nada más elocuente y acertado como artículo final que este trabajo titulado “Nuestra Herencia”. Al llegar a este trabajo, los lectores primeramente se habrán nutrido con el conocimiento de lo realizado y bregado por “Montecristi” en su vida institucional y del esfuerzo y sacrificio de sus miembros, recogidas en sus páginas, y entonces podrán valorizar más profundamente el contenido de todo lo expuesto en este, nuestro artículo final. MUCHAS GRACIAS.
MASONES DE SIEMPRE DE LA LOGIA “MONTECRISTI”
(Nota: Los Hermanos de Siempre de la Resp. Logia "Montecristi", Antonio Valdés Valdés, Cayetano Guerrero González y José A. Ipsán Hernández, aparecen en la entrada titulada Hermanos de "Montecristi", con toda su historia masónica.
En toda organización o cofradía creada, y donde la participación de sus integrantes se convierte en un factor determinante en la obtención de los fines que persigue y su proyección, siempre existen hombres que se distinguen del resto de sus cofrades por una más completa entrega y participación. Aunque esta organización o cofradía esté formada por hombres seleccionados que se considera reunen las cualidades y virtudes exigidas en los preceptos y línea a seguir de la misma. La masonería no es ajena a este fundamento social. En sus filas en todos los tiempos han militado y militan, hombres que aunque reúnan las condiciones morales, sociales y de comportamiento para poder ingresar y formar parte de la institución, la falta de optimismo y de otras virtudes espirituales en ellos, que son las que logran que el ser humano se distinga entre sus congéneres, los convierten en espectadores y no en protagonistas de la causa, como debería ser. Sin embargo, como contrapartida, nos encontramos con otros hombres, dentro del mismo círculo fraternal, que al estar dotados de tanto optimismo y de las demás virtudes espirituales presentes en toda alma magnánima, tesonera y creativa, realizan una inmensa función a su paso por la cofradía. Dejando detrás de ellos, como una estela fulgurante, el grato recuerdo de reconocimiento y gratitud a su ingente labor, presente estos sentimientos de reconocimiento y gratitud en las generaciones posteriores.
En un estudio analítico de los miembros más destacados de la Logia “Montecristi”, desde su fundación, nos ha aportado este trabajo, que han sido muchos y que entre este conglomerado de masones ilustres actualmente se encuentran con vida una considerable cifra de hermanos. Algunos residentes en el exterior y otros en su lugar de origen.
En la sesión del día 17 del mes de Abril del año 2002 la Logia “Montecristi”, mediante un profundo trabajo investigativo presentado y discutido ampliamente sobre el particular, declaró Masones de Siempre de la Logia “Montecristi” a los hermanos Ramón Fiallo Borges, Antonio Valdés Valdés, Julián López Suárez, José María Pérez Paula, Cayetano Guerrero González, Pablo Más Díaz, Aurelio Fúster Crespo y José Antonio Ipsán Hernández. Todos en el Eterno Oriente.
RAMÓN FIALLO BORGES
Natural de Los Palacios, P. del Río. Se inició en “Montecristi” el día 17 del mes de Mayo del año 1907. Estuvo presente en la segunda etapa del año 1912. Fue el V/Maestro organizador de la tercera y última etapa (29 del mes de Febrero del año 1924) y aparece en ese momento con el expediente número uno. Tenía en ese entonces 46 años y residía en la Calle Serafín García, entre las Calles José Martí y Ramón Cruz (actual Calle 28, entre la Calle 21 y Calle 19) y en cuyo hogar se reorganizó y trabajó la logia. Procreó una numerosa familia y varios de sus hijos fueron miembros de “Montecristi”, entre ellos, Ramón, Tiburcio (Felito), Raúl y Mario Fiallo de la Cruz. A finales de los años treinta se mudó a residir para la Calle Obrapía No. 33, en La Habana, lugar donde falleció el día 21 del mes de Julio del año 1942.
CARGOS OCUPADOS
Venerable Maestro, Años 1924, 1925, 1926 y 1927.
Representante a la Gran Logia, Años 1928 y 1929.
Adj/Secretario: Año 1934.
MENCIONES RECIBIDAS
Venerable Maestro Ad-Vitam, Año 1927.
HECHOS QUE LO DESTACARON
*Su disciplina implantada y responsabilidad. *Su desprendida participación en el trabajo masónico. * Sus estrechas relaciones con los Grandes Funcionarios de la masonería de su época y de funcionarios públicos y políticos que utilizaba en beneficio de la logia y de la población. *Su incesante trabajo y batallar por mantener a flote a “Montecristi” y construir su Casa Templo. *De carácter difícil y contradictorio lo que le ocasionaba enfrentamientos con sus hermanos, pero al final reflexionaba y todo se resolvía en un abrazo fraternal, como buenos masones.
JULIAN LÓPEZ SUÁREZ
Natural de Los Palacios, Pinar del Río. Estuvo presente entre los hermanos de la tercera reorganización de “Montecristi” (29 del mes de Febrero del año 1924) y aparece con el Expediente número cinco. Se considera que se inició en “Montecristi” en su segunda etapa (1912). El día 29 del mes de Febrero del año 1924 tenía 44 años de edad y era de profesión escogedor de tabaco. También operaba una funeraria en su domicilio de la Calle Serafín García, actual Calle 28. Falleció el día 23 del mes de Febrero del año 1948.
CARGOS OCUPADOS
Segundo Vigilante, Años 24, 25, 26 y 1927.
Segundo Diácono, Año 1941.
Limosnero, Años 1942, 43, 44, 45, 46 y 1947.
HECHOS QUE LO DESTACARON
* Su pasión por la logia y amante de resolver todas las dificultades que se presentaran. * Su desprendimiento y desinterés demostrados en muchas ocasiones por sus derrames personales y sus servicios funerarios, cuando el caso lo requería y no existían los fondos necesarios. * Su carácter intolerante e irreflexivo que le ocasionaron varios enfrentamientos con sus hermanos logiales. * Su ausencia de rencores banales que le permitían seguir relacionándose con sus hermanos querellados.
JOSE MARÍA PÉREZ PAULA
Natural de Candelaria, Pinar del Río. Se inició en la Logia “Luz de Candelaria”, el día 19 del mes de Abril del año 1911. Se afilió en “Montecristi” el día 25 del mes de Noviembre del año 1925. Cuando se afilió tenía 49 años de edad, era de profesión Maestro de Obras y residía en la Calle Ajuria No. 47, actual Calle 22. Falleció el día 23 del mes de Diciembre del año 1952.
CARGOS OCUPADOS
Venerable Maestro, Año 1945.
Primer Vigilante, Año 1928.
Secretario, Años 1933, 34, 35, 36, 37, 38, 39,
40, 41, 42 y 1943, 1951 y 1952.
Maestro de Ceremonias, Años 1929, 1931, 32
y 1944.
Representante, Años 1927 y 1949.
Asesor de las Hijas de la Acacia, Años 1949, 50
y 1951.
HECHOS QUE LO DESTACARON
* Su constancia y participación en todo el desenvolvimiento de la logia.* Su dominio de los ceremoniales masónicos. Efectuaba con excelente maestría las iniciaciones, ascensos y exaltaciones, así como las honras fúnebres. * Su activa y dinámica participación en las reparaciones a la Casa Templo y su mobiliaria. Como también en la construcción del nuevo templo. * Su constante apego y sacrificio por la logia, demostrado desde su afiliación hasta días antes de su muerte. * Su trato afable y cariñoso con sus hermanos y su perenne deseo de servirlos en momentos difíciles.* Su desvelo y meticulismo porque todas las reparaciones y obras en la logia se hicieran con la calidad requerida y dentro de una posible estética.
PABLO MÁS DÍAZ
Natural de Alonso de Rojas, Pinar del Río. Se inició en “Montecristi” el día 22 del mes de Enero del año 1926. En los momentos de su iniciación tenía 46 años de edad y era Militar Oficial Supernumerario del Ejército Constitucional de Cuba y residía en la Calle Ramón Cruz No. 14, actual Calle 19. Falleció el día 14 del mes de Enero del año 1948.
CARGOS OCUPADOS
Venerable Maestro, Años 1933, 34 y 1936.
Primer Vigilante, Años 1929, 1931 y 1932.
Segundo Vigilante, Año 1928.
Secretario, Años 1944, 1946 y 1947.
Tesorero, Años 1937, 38, 39 y 1941.
Adj. al Secretario, Años 1927 y 1940.
Orador, Año 1930.
Representante, Años 1932, 33, 1937, 38, 39, 1941
y 1944.
HECHOS QUE LO DESTACARON
* Su constante presencia en todas las actividades de la logia. * Su preocupación por la estabilidad económica de la logia. * Su participación en la construcción del panteón y arreglos de la Casa Templo. * Su amor por la masonería y su celo por los correctos trabajos de “Montecristi”.
AURELIO FÚSTER CRESPO
Natural de Los Palacios, Pinar del Río. Se inicia en la Logia “Hijos de Fiat-Luz” de Guane, Pinar del Río. Se afilia en “Montecristi” el día 5 del mes de Abril del año 1944. En la fecha de su afiliación tenía 37 años de edad y de profesión telegrafista que laboraba en la Oficina de Correos de Los Palacios y residía en la Calle Antonio Maceo No. 72, actual Calle 23. Falleció el día 1 del mes de Junio del año 1987.
CARGOS OCUPADOS
Venerable Maestro, Años 1947 y 1950.
Secretario, Año 1948.
Adj. al Secretario, Año 1947.
MENCIONES RECIBIDAS
Premio a la Constancia por 25 años.
Premio a la Constancia por 40 años.
Diploma de Reconocimiento como Ex-Venerable Maestro.
HECHOS QUE LO DESTACARON
* Su disposición y optimismo para salvar los obstáculos que se le presentaran a la logia.
* La construcción del magnífico panteón que posee la Logia “Montecristi”, sueño que anhelaban los masones palaceños desde 1929. * La total reparación de la antigua Casa Templo de la Calle Martí No. 95.
* La búsqueda de documentos que garanticen las propiedades de la logia y la legalización de los mismos.* Su pasión por el control y organización de los caudales de la logia y la conservación de sus libros, legajos y documentos. * Su difícil y autoritario carácter. * Su constante preocupación porque todas las operaciones de “Montecristi”, tanto económicas como legales, se ajustaran a lo establecido.