Acto Provincial por el 30 Aniversario de
los Acercamientos Fraternales en Cuba
Octubre fue el mes escogido para que las logias de las distintas Instituciones Fraternales existentes en Cuba, se acerquen entre sí con el objeto de mejorar sus relaciones fraternales.
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| Hno:. Jesús M. García, hablando en nombre de la masonería. |
El acto comenzó a las 10:00 antes meridiano. En la presidencia del acto tomaron asiento el Gran Maestro de la Orden Oddfélica, Ex-Grandes Maestros y demás funcionarios. También estaban presentes Grandes Funcionarios y Ex-Grandes Funcionarios de la masonería, Maestros de logias masónicas, Luminares de logias Caballeros de la Luz y Nobles Grandes de logias oddfélicas. La presencia femenina en representación de las Rebecas y Sacerdotisas del Hogar, se hicieron notar. Una concurrencia de más de quinientas personas. Se entregó una hermosa canastilla que fue conformada por todas las logias. Esta canastilla era para el niño o niña hijo de un Oddfellow, Masón o Caballero de la Luz que más próximo naciera al día 10 del mes de Octubre. Obteniendo la canastilla el Hno:. Nelson Fúster, miembro de la Logia “Antonio Valdés Valdés”, de la Orden Caballeros de la Luz.
Privó una organización meridiana. Se disfrutó de un ameno programa artístico. El VH:. Jesús Marcos García fue el orador escogido para que hablara en nombre de la masonería. Medular y de alta profundidad fraternal el trabajo central escrito por los Hnos. Omar Rubio Álvarez y José Iván Fuentes Fiallo. Se disfrutó de un rico almuerzo criollo.
Acercamiento Fraternal de las Instituciones Palaceñas
En la noche del día 23 del mes de Octubre del año 1996, se celebró el Acto de Acercamiento Fraternal de las Instituciones Palaceñas, asistiendo el Hno:. Manuel González Hernández, Gran Patriarca de la Suprema Gran Logia Caballeros de la Luz y Diputado Gran Maestro de distrito masónico; Hno:. Pedro Pablo Domínguez Fuentes, Luminar de la Logia "Antonio Valdés Valdés, de la Orden Caballeros de la Luz; Hno:. Jorge Lázaro Sainz, Noble Grande de la Logia "Hijos de Los Palacios", de la Orden Oddfellows; Hno:. Alberto Rodríguez Acosta, Luminar de la Logia "Carlos Llauró Galicias", de la Orden Caballeros de la Luz, de Paso Real de San Diego; Hnos:. José Antonio Ipsán Hernández, Tomás Cabrera Bustillo y Félix García, Padres Espirituales de las logias representadas; Hna:. Teresa Ramírez, Sacerdotisa, representante de la Logia "Magdalena Peña Redonda", de la Orden Sacerdotisas del Hogar; Hermanas y hermanos de las distintas logias de Los Palacios, de Masones, Oddfellows y Caballeros de la Luz.
El discurso de bienvenida fue pronunciado por el VH:. Jesús Marcos García Vázquez, Maestro de la Resp., Logia "Montecristi". En su magnífica alocución señalaba el querido hermano:
Hoy, desgraciadamente vivimos en una sociedad saturada de quebrantos sociales y dificultades, donde nos sentimos defraudados y sin derrotero fijo a nuestra proa visionaria. La intolerancia, el mayor de los males que puede afectar a la humanidad, nos niega el espacio que consideramos merecer.
Nos ha tocado desenvolver nuestra existencia en un siglo donde se cifraron grandes esperanzas, pero a los pocos años de comenzado el mismo se desvanecieron; el presente siglo se ha caracterizado por guerras y revoluciones encarnizadas, donde el hombre ha desarrollado las tecnologías más avanzadas y a la luz de estas tecnologías han aparecido la armas más mortíferas.
También en el presente siglo han aparecido o surgido nuevas ideologías que han afectado grandemente la convivencia social, han destruido o dividido la Piedra Angular de la sociedad, que es la Sagrada Familia.
Los valores humanos, o mejor dicho valores espirituales, han sido relegados a un segundo plano o totalmente abandonados. Solamente se piensa en nuestro enriquecimiento personal, comodidades y placeres, sin pensar de que lado y manera están nuestros deberes y obligaciones.
Para que nuestras logias pueden cumplir con los principios para los cuales fueron creadas, requiere de la participación de sus miembros y éstos deben tener una adecuada instrucción fraternal.
Nuestras logias no son instituciones de masas, sino de selección. A ellas no ingresan todos los que desean, sino los que tienen méritos y después de haber pasado por una severa investigación. No obstante, a veces penetran en su seno personas equivocadas, hombres y mujeres que nunca debieron haber traspasado el umbral de una logia, pero no nos preocupemos; en el transcurso de poco tiempo la logia los irradia o ellos mismos emigran de nuestras filas. Preocupémonos por nuestro amor infinito a la Institución, nuestra fe en ella y nuestro constante batallar por el triunfo de la fraternidad, que como un inmenso fanal nos alumbra el camino a seguir en la oscuridad de la noche.
Hoy, desgraciadamente vivimos en una sociedad saturada de quebrantos sociales y dificultades, donde nos sentimos defraudados y sin derrotero fijo a nuestra proa visionaria. La intolerancia, el mayor de los males que puede afectar a la humanidad, nos niega el espacio que consideramos merecer.
Nos ha tocado desenvolver nuestra existencia en un siglo donde se cifraron grandes esperanzas, pero a los pocos años de comenzado el mismo se desvanecieron; el presente siglo se ha caracterizado por guerras y revoluciones encarnizadas, donde el hombre ha desarrollado las tecnologías más avanzadas y a la luz de estas tecnologías han aparecido la armas más mortíferas.
También en el presente siglo han aparecido o surgido nuevas ideologías que han afectado grandemente la convivencia social, han destruido o dividido la Piedra Angular de la sociedad, que es la Sagrada Familia.
Los valores humanos, o mejor dicho valores espirituales, han sido relegados a un segundo plano o totalmente abandonados. Solamente se piensa en nuestro enriquecimiento personal, comodidades y placeres, sin pensar de que lado y manera están nuestros deberes y obligaciones.
Para que nuestras logias pueden cumplir con los principios para los cuales fueron creadas, requiere de la participación de sus miembros y éstos deben tener una adecuada instrucción fraternal.
Nuestras logias no son instituciones de masas, sino de selección. A ellas no ingresan todos los que desean, sino los que tienen méritos y después de haber pasado por una severa investigación. No obstante, a veces penetran en su seno personas equivocadas, hombres y mujeres que nunca debieron haber traspasado el umbral de una logia, pero no nos preocupemos; en el transcurso de poco tiempo la logia los irradia o ellos mismos emigran de nuestras filas. Preocupémonos por nuestro amor infinito a la Institución, nuestra fe en ella y nuestro constante batallar por el triunfo de la fraternidad, que como un inmenso fanal nos alumbra el camino a seguir en la oscuridad de la noche.
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